No puedo dejar que termine el año sin comentar algo que me parece curioso. El 9 de marzo de este año se aprobó la Ley Núm. 9, llamada «Plan de Estímulo Económico Criollo». Cuando escuché a Fortuño referirse a esta criatura suya de esa manera, creí que lo hacía coloquialmente, pero luego comprobé que ése es el título oficial de la ley. Como en esta colonia nada se da por casualidad, supongo que el Gobernador ha querido distinguir su Plan del de Obama, para que se vea que él también piensa, de vez en cuando tiene una iniciativa y no se sienta esperar que los americanos se lo resuelvan todo.
Pero, «criollo» no es una palabra que deba emplearse en el ámbito legislativo, a menos que estemos hablando de música o de pan. Evidentemente, huyéndole a la palabra nacional o siquiera puertorriqueño, echó mano de «criollo», un término que se asocia con lo hispanoamericano, referencia que estoy seguro es anatema para un «americanito» como él. Así que, sin querer, lo que ha hecho es resaltar el carácter hispanoamericano de la nación puertorriqueña.
Y eso sí que es un buen estímulo.
¡Feliz Año Nuevo!
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