En New Hampshire le acaban de imponer $25,000 de multa a un adolescente que fue temerario al continuar ascendiendo a un monte, solo, luego de haberse torcido un tobillo y salido del camino regular, todo lo cual dificultó significativamente su rescate. Las autoridades tuvieron que emplear más equipo, personal y tiempo para encontrarlo y bajarlo del monte. El muchacho no actuó como una persona «prudente y razonable» - criterio central para adjudicar responsabilidad civil - , abandonando su pretensión, una vez lesionado, sino que siguió y complicó más las cosas, abandonando la senda señalada.
Un ejemplo que vale la pena considerar en los casos de la gente que se «pierde» en El Yunque o en La Mona, por razones similares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario