He leído las 92 páginas de la resolución emitida en el caso de ética del ex Secretario de Justicia Luis Sánchez Betances. La exjueza Lourdes Velázquez Cajigas ha creído lo que más nadie creería, aceptando la peregrina tesis de que se es funcionario a tiempo parcial, y que, cuando el querellado intervino en el arresto de su amigo, lo hizo en su carácter de ciudadano particular. Por lo tanto, no le aplicaba la Ley de Ética Gubernamental.
Sobrecoge tal «ingenuidad».
Lo cierto es que, de la lectura de los hechos que se dan por probados, surge claramente, para un ánimo no prevenido, la certeza moral del incorrecto proceder del entonces Secretario. Pero, la exjueza prefirió enjuiciar el comportamiento del policía, y concentró casi toda su atención en ello, obviando aspectos muy reveladores en la versión del querellado. Ergo, convirtió a Sanchéz Betances en «víctima», y lo declaró limpio de polvo y paja.
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