En estos días, se pone sobre el tapete la palabra obstrucción -- de la justicia, concretamente -- en la discusión de los casos de pederastia en la Diócesis de Arecibo y en el del ex Secretario de Justicia que intervino en el arresto de su amigo. En el primero, todo apunta a que el Obispo ha hecho lo indecible, dentro y fuera del tribunal, para que las víctimas no declaren, y con ello impliquen más al clero arecibeño. En el segundo, el exfuncionario intentó por todos los medios que el asunto se resolviera en la escena de los hechos, sin que se procediera contra su «amigo del alma».
En uno y otro caso, no se ha hecho justicia cumplida.
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