La prisión -- llamémosla como lo que es -- de Guantánamo sigue generando violaciones a manos llenas de los derechos civiles y humanos de los detenidos allí. Los americanos pretenden que creamos lo que nadie creería. Los abogados de la Marina sostienen que los aparatos de vigilancia electrónica, especialmente los micrófonos ocultos por todo el penal, no se usan para violar el derecho a la confidencialidad en la relación de los abogados con sus clientes. También alegan que, cuando le abren la correspondencia de índole legal a los confinados, se limitan a cerciorarse de que no hay contrabando en ella, y no aprovechan para leerla.
Hombre, si cree todo esto, usted vive en la «Isla de la Fantasía»...
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