Hay planteamientos de Derecho que son, francamente, absurdos. En estos días, los fiscales en el caso que se lleva contra un alegado terrorista preso en Guantánamo, han argumentado que, a pesar de que el acusado sea declarado no culpable, el gobierno de Estados Unidos tiene el derecho de mantenerlo confinado hasta que termine la «guerra contra el terrorismo», algo que, por supuesto, solo los americanos decidirán por el resto del mundo. Kafka no pudo haber inventado algo así en El proceso. Repugna a la conciencia que se sostenga un reclamo tan totalitario y contrario a todas las normas de justicia del mundo civilizado.
He dicho antes lo irónico que resulta que quienes alegan defender la democracia y los derechos humanos violen tan flagrantemente sus principios fundamentales. La desfachatez americana en este aspecto no tiene límites.
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