lunes, 21 de noviembre de 2011

Justa causa

He dicho siempre que no objeto el uso en español de palabras del inglés o de otros idiomas, cuando ello es imprescindible. Por ejemplo, la palabra inglesa ketchup describe una salsa de tomate muy particular, para la cual no hay equivalencia en español; por lo tanto, se admite su uso en nuestra lengua. A veces existen conceptos de aceptación universal que describen realidades de cierta complejidad. Ése es el caso del término alemán kitsch, para significar un objeto artístico «pretencioso, pasado de moda y de mal gusto». Justificadamente, el español lo ha acogido, pues encapsula todo ese significado, de manera muy conveniente y entendible por personas de distintas culturas.

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