Hay que velar a ese nene. El niño de casi cuatro años que le pegó fuego a su hermanita en la cuna - y se ha dicho que manifestó que lo volvería a hacer - es inimputable, dada su edad, pero hay que vigilarlo, pues, como decían cuando yo me criaba, «tiene instintos criminales». El cine y la literatura recogen ejemplos de criaturas que de inocentes tienen muy poco. Aunque se nos haga difícil aceptar o entender, es posible que estas cosas ocurran.
Y es que hay que distinguir - lo he dicho antes - entre autoría y culpabilidad. Se puede ser autor de unos hechos delictivos sin ser culpable de ello. Éste es un caso. Pero, aunque este niño no sea culpable o, si se quiere, sea inocente, su hermanita no está menos quemada por eso. Una vez la sociedad identifica a un individuo que da muestras de tener una inclinación por hacerle daño a los demás, hay que tomar medidas para evitar que actúe a base de dicha inclinación. Yo le abriría un expedientito...
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