jueves, 22 de octubre de 2009

Protesta 101

En el tirijala entre los manifestantes contra ciertas decisiones gubernamentales y la Policía hay unos malos entendidos básicos. La gente tiene derecho a protestar, ordenada y pacíficamente, sujeta a condiciones razonables de hora, duración y lugar. Es cuestión de sentido común que no es posible que cualquiera se manifieste en cualquier sitio a cualquier hora y sin límite de tiempo. Por lo tanto, los manifestantes tienen que entender esto y ajustarse a ello. El derecho constitucional a la protesta no incluye la gritería ni el insulto contra los agentes del orden público.

De otra parte, la Policía no puede asumir un papel intimidante, haciendo un despliegue exagerado de sus efectivos y de la fuerza bruta, a la menor provocación. Creo que los policías no entienden bien su función en este contexto, y la ven como una de orden represivo. Siempre que la manifestación no degenere en violaciones de ley o un desorden significativo, no hay razón alguna para que se intervenga con los manifestantes.

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