Recordemos que muchos de los desmanes registrados por Estados Unidos en Afganistán, Irak y Guantánamo se deben a personal de empresas privadas contratadas por las fuerzas armadas norteamericanas, como parte de la privatización creciente en la administración pública en ese país. En este contexto hay que ver el caso de una empresa privada en Colorado que ha sido condenada a pagar $1.3 millones porque sus empleados incurrieron en hostigamiento sexual craso contra compañeras empleadas en el sistema correccional de ese estado.
Sirva esto como un alerta a quienes creen que la privatización es la respuesta a todos los males. Hay funciones muy delicadas que deben estar en manos del gobierno, y no de negocios, cuyo único norte es la ganancia y no reconocen límites a su capacidad de obrar.
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