Aunque se admite cierto grado de lenguaje hiperbólico en el mundo artístico y deportivo, con el fin de realzar figuras y personajes, no se debe pasar la raya de la exageración. En un artículo acerca del baloncelista Carlos Arroyo, se dice: «Varios eruditos coinciden en que el boricua ha "crecido" en su posición.» Conocedores, entendidos o expertos, sí; eruditos, no. La erudición sólo se aplica a las artes y las ciencias, no al deporte, por más que nos guste y lo consideremos importante, como parte de la vida sana del país.
Y para saber esto, no hay que ser «erudito».
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