Lo ocurrido en un Burger King de un suburbio de St. Louis es representativo de lo que sucede en muchos otros sitios, a la hora de aplicar normas, reglamentos o reglas. En dicho establecimiento, unos empleados le notificaron a la madre de un bebé de seis meses que no podía permanecer allí porque la criatura estaba descalza, en abierta violación de la norma de que no se permiten personas descalzas y sin camisa. La empresa se ha excusado con la señora posteriormente, señalando, correctamente, que la norma - que tiene su razón de ser - no tiene ese alcance.
Lamentablemente, muchas de las personas que tienen a su cargo implantar normas de acceso, conducta o trámites carecen de un buen criterio para hacer las distinciones o excepciones razonables que, en ocasiones, es necesario hacer para evitar resultados absurdos, quedando el ciudadano sometido a la aplicación inflexible y opresiva de una norma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario