Más allá de las posibilidades que brinda una legislación, lo fundamental es la voluntad de hacer las cosas. Eso es lo que ha faltado en el rescate del casco urbano de Río Piedras de su abandono y deterioro, algo que me consta de primera mano por la experiencia de hace cerca de 15 años, cuando fui asesor de la Asociación de Comerciantes del Centro de Río Piedras.
De haber sido implantada de buena fe, la Ley 75 hubiera tenido efectos muy positivos en la Ciudad Universitaria. Pero, la inercia de algunos y los intereses mezquinos de otros dieron al traste con los buenos propósitos. La UPR nunca acogió como debió su responsabilidad; el Municipio tampoco. Ahora se reclaman unos a otros por el fracaso de tantos años, y creen que una nueva ley va a arreglar las cosas. La ley es un instrumento que puede ser mejor o peor, pero son la buena fe y el compromiso los que, al margen de un texto legal, sacarán a Río Piedras de su penosa situación.
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