Si bien es cierto que, en estricto derecho, el Ministerio Público goza de una gran discreción para acusar y por qué, hay que suponer que en el caso de los «cantores patrióticos» debe estar pesando mucho la consideración política. Al gobierno de Estados Unidos no le haría gracia enjuiciar a unos manifestantes pacíficos que reclaman la libertad de Puerto Rico. La publicidad que se generaría sería, cuando menos, muy embarazosa para un país que se jacta de su respeto a la democracia y los derechos humanos. ¿Cómo explicar, entonces, la subordinación centenaria a la que tiene sometida a esta pequeña isla del Caribe?
Por eso, la Fiscalía de Washington se muestra tan dispuesta a dejar el caso así, y no «hacer un caso federal» de la interrupción de los trabajos en la Cámara de Representantes. Después de todo, esto no sería otra cosa que continuar haciéndose de oídos sordos ante nuestros reclamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario