Para quienes creemos en el estado de derecho, no como una entelequia, sino como principio rector de la vida democrática y libre, la existencia y permanencia del centro de detención en Guantánamo es una afrenta insoportable. Con ello, Estados Unidos de América se ha convertido en un delincuente internacional, violando no solo su Constitución sino el derecho de gentes. El Presidente, el Congreso y el Tribunal Supremo de ese país se han confabulado para cometer y sostener una atrocidad de rasgos kafkianos. El Congreso ha legislado, en esencia, la «facultad» de mantener esa prisión abierta indefinidamente. Mas, lo más increíble es que la jurisprudencia ha autorizado que se mantengan detenidos allí a unos individuos sin que tengan que soltarlos, trasladarlos o encausarlos. Es decir que el Gobierno de Estados Unidos se arroga el derecho de apresar a cualquier persona y mantenerla presa indefinidamente sin acusarla ni juzgarla. Actualmente hay 48 detenidos en Guantánamo, y solo se anticipa que siete de ellos serán acusados.
Los otros seguirán en este limbo jurídico "Made in USA."
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