¿Derecho «
a» o derecho «
de»? He ahí la pregunta que nos hacemos los abogados y el resto de los mortales. La solución de este enigma lingüístico radica en algo muy sencillo: el uso del artículo. Se dice «tengo derecho
a dirigirme
a la asamblea», pero se dice «me quieren coartar
el derecho
de dirigirme a la asamblea». De ahí que se diga «tengo derecho a ser feliz» y se hable de «el derecho de nacer».
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