miércoles, 17 de marzo de 2010

«¡Cantinero, sírvame un trago...!»

El afán de distinción y de crear una imagen de superioridad profesional no tiene límites. La prensa anuncia una actividad este fin de semana basada en el ron, diciendo: «Mixólogos se inspiran con rones locales...» No me he dado un «palo» y ya me he caído de culo riéndome de esta forma pretenciosa de referirse a los cantineros que ya no se conforman con ser bartenders. Ahora, en el renglón de la coctelería, hay «estudios superiores» que forman a estos fenómenos de los bares.

Lo que más me molesta es que se hagan estos injertos del inglés y el español, para crear palabrejas como ésa y fashionista, que supongo significan que uno es postmoderno, cool y todas esas imbecilidades. Mientras tanto, cada día hablamos más una especie de patois, con significados huecos e imprecisos, mientras el español, en buen español, se jode.

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