Para ésos que piensan que la justicia americana es superior a la nuestra o a la de otros países, aquí les expongo este caso. Un tribunal apelativo federal ha decidido que hicieron bien los policías de Seattle que le aplicaron un taser tres veces a una mujer con siete meses de embarazo, por ir a 32 mph en zona de 25, y no querer bajarse del auto a firmar el boleto que le expidieron. Justificando lo injustificable, el tribunal «razonó» que la acción policial tenía el propósito de evitar que la mujer abandonara el lugar guiando «negligentemente».
La mujer se llama Malaika, lo cual me hace pensar que es negra, y eso lo explica todo.
1 comentario:
Esto es un buen caso de daños y perjuicios y sería bueno ver las consecuencias del "taser" en el bebé que lleva esa mujer en el vientre.
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