lunes, 8 de marzo de 2010

«...con pecados concebidos.»

Ahora resulta que el otro Herr Ratzinger pudiera tener alguna relación con los escándalos sexuales de la Iglesia Católica, que no parecen tener fin. Ya ha habido admisiones de que hace poco más de 50 años, en Ratisbona, los curas hacían algo más que dirigir el coro de niños, pero, fiel a su tradición, se quedaron más o menos calladitos. Ahora, con este destape de todas esas transgresiones, salen a flote las «malas costumbres» actuales y antiguas. El hermano del Papa ya ha adelantado que él no sabe nada porque en esa época no dirigía el coro. Bien...pero a lo mejor «cantaba» en él.

El problema general de la Iglesia es que no tiene credibilidad alguna en este asunto en todas partes del mundo porque lo ocultó y, peor aun, lo encubrió con traslados y comprando el silencio de los perjudicados y sus familiares. Con testigos así - de tan dudosa reputación - la posición de la Iglesia es muy débil, ante cualquier caso penal o civil en su contra.

A la Iglesia «no se le puede creer ni el Ave María».

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