viernes, 26 de marzo de 2010

¡Qué «puercá»!

La idea de que los federales son muy rigurosos con los criminales es otro de los muchos mitos acerca de los americanos. Ahí tienen las sentencias light de 10 años a los guardias municipales que le dieron una paliza mortal a un miembro de la Guardia Nacional a quien hab►ían arrestado. Como he dicho en ocasiones anteriores, el mal está en que, en vez de llamar a las cosas por su nombre, a estos individuos los han condenado por «privar de sus derechos civiles » a la víctima, una forma eufemística de referirse a matar a alguien.

Con esa clase de lenguaje, es más fácil imponer sentencias pendejas como las de este caso, pues suena como si los acusados no hubieran dejado hablar a alguien, hubieran impedido que se reuniera con sus amigos o algo así por el estilo de un mero inconveniente, disimulando así que se trata de un asesinato o un homicidio.

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