Me parece que lo que más les ha molestado a Gloria Estefan y a Willy Chirino de la presentación de Calle 13 en La Habana no es que hayan cantado en un sitio donde «no hay libertad», sino la mucha gente que los fue a ver. Estefan, que hace tiempo vio pasar sus mejores días como intérprete, y Chirino, que nunca los tuvo, juntos, nunca reunieron ni una décima parte de la concurrencia que se reunió para ver a René Pérez y compañía.
En cuanto a lo otro, ¿acaso Miami Sound Machine nunca se presentó en un país de dudoso respeto a los derechos civiles? Pues, sería que nunca lo hizo en Estados Unidos... Lo cierto es que éstos y otros artistas del exilio cubano tienen hartos a todo el mundo con su pretensión de que nadie vaya a Cuba, y de «regañar» públicamente al que lo hace.
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