Hay que aplaudir que ¡por fin! los tribunales del país empiezan a incorporar las ventajas tecnológicas de las que se vale el resto del universo. Con la lentitud que le es característica, la Rama Judicial llega al siglo 20, cuando los demás estamos en el 21, pero, más vale tarde que nunca.
Ahora, si los jueces no permitieran que los abogados arrastraran los pies en la litigación y resolvieran prontamente...
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