domingo, 26 de abril de 2009

Por supuesto

No me canso de repetir que la lengua tiene su lógica, que, observada, evita las precisiones innecesarias. Véase el siguiente titular: «Vacías y silenciosas las oficinas de gobierno». Hombre, pero claro; si falta la gente, tiene que haber silencio, a menos que haya algún viejo y ruidoso acondicionador de aire o algo así funcionando en esos espacios desocupados. Nuevamente, hace falta cobrar conciencia de lo que significan las palabras, y atenerse a ello, con la confianza de que el lector hace inferencias lógicas de la información recibida. De lo contrario, lo explicamos todo hasta los límites más lejanos de la estupidez.

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