jueves, 9 de abril de 2009

Pesos a morisquetas

Poniendo la presunción de inocencia por delante, lo cierto es que en la historia de Estados Unidos abundan los ejemplos de periodistas - algunos bona fide y otros mala fide - que han fungido como espías para su país. Lo dicho viene a cuenta ahora por el caso de la periodista Roxana Saberi, de ciudadanías iraní y americana, acusada de espiar para USA. Hay que ver con mucha suspicacia el hecho de que a ella le hagan estas imputaciones por activifades en Irán, país que los americanos no quieren ver ni en pintura, y al cual ella tiene fácil acceso por su nacionalidad.

Si yo tuviera que apostar, lo haría a que Roxana tiene una cuentecita de banco en la que recibe unos depósitos que salen de Langley, Virginia.

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