El casito del ex cuñado del Gobernador presenta dos cuestiones interesantes. Primero, que los federales hayan creído necesario recluirlo en lo que cariñosamente se conoce como the hole, como si fuera el más peligroso de los forajidos. Cierto es que se le imputa haberse llevado los proverbiales "clavos de la Cruz", pero luce extrema esa medida de seguridad para un hombre cuyo imputado "tumbe" es de "cuello blanco." A menos que la cárcel de Guaynabo esté llena de gente afectada por el denunciado esquema, que podrían querer tumbarle el cuello a Herrero Rovira.
Segundo, la defensa pidió piedad porque el acusado está afectado emocionalmente. Hombre, si ésa fuera una defensa válida en Derecho, las cárceles estarían vacías. A menos que uno sea Charles Manson, la experiencia de la cárcel pone nervioso a cualquiera, pero que ello sea un motivo válido para la excarcelación son otros 290,000 pesos. En este sentido, los federales se han ido de un extremo al otro. Pudieron haberle dado una Xanax, de las que le quitaron a Edison Misla Aldarondo, y haberlo dejado guardado, aunque no fuera en "el hoyo."
Pero, ¿quién entiende lo que se hace en la Calle Chardón?
No hay comentarios:
Publicar un comentario