Por uso y costumbre, empleamos ciertas frases, aunque no sean del todo aplicables a una situación. Por ejemplo, hoy se lee en el diario: «No he tirado la toalla», algo que se le atribuye decir al Gobernador en su lucha para seguir a flote en esta crisis. Pero, es el caso que no es él quien tiene que realizar ese gesto de rendición, sino su partido.
Véase que en la práctica del boxeo -- que es de donde procede esa señal de abandono del combate -- no es el boxeador vapuleado quien arroja la toalla para significarlo, sino su manejador, como un acto de protección para su pupilo. Por lo tanto, en el caso de García Padilla, quien hace rato está noqueado sobre sus pies en la contienda gubernamental, quienes tienen que apiadarse de él y sacarlo del cuadrilátero político es el resto de la dirigencia del Partido Popular.
Me temo que no va a ocurrir. Ya ese partido se tiró una vez barranca abajo cuando postuló a Aníbal Acevedo Vilá, a sabiendas de que era un cadáver político. Así que van derechito al suicidio electoral con Alejandro.
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