<< Estados Unidos asegura que busca cambiar las prácticas policiales discriminatorias >>. Los americanos, tragando gordo, han tenido que comparecer ante la ONU para dar explicaciones acerca de la temporada de caza de negros a manos de policías blancos... y uno que otro negro que quiere ser más blanco que los blancos. La situación se ha tornado tan bochornosa que los yanquis -- soberbios como nadie -- no han tenido más remedio que pasar por ese proceso, como cualquier hijo de vecino.
Por supuesto, la pregunta es cómo lo van a lograr, porque una nación que nació con el pecado original del racismo, y todavía lo lleva como la marca de Caín, no se va a desprender de ese vicio moral que los hace ver a los negros como esclavos y seres inherentemente inferiores. El problema no es ausencia de leyes o jurisprudencia afirmativa de derechos civiles o humanos, sino el odio y la hostilidad que llevan en el alma colectiva americana contra los negros.
No es en el Derecho donde está la solución. Es en el espíritu nacional de ese país, tan degenerado por siglos de abusos, tanto dentro como fuera de sus fronteras.
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