El afán de rehuir el uso de palabras que una vez se consideraron perfectamente legítimas, y ahora, por una mal entendida sensiblería no lo son, lleva a dislates risibles. Se cita a la Presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico, en homenaje a un deportista de 86 años: << Gente de una mayoría de edad que se mantiene activa en el deporte >>. Por supuesto que sabemos a lo que ella se refiere, pero le ha quedado muy feo.
Por un prurito mal entendido, no ha querido decir anciano o viejo, como corresponde, y ha querido recurrir al eufemismo de << gente mayor >>, aunque un tanto modificado. Lo que le ha salido, literalmente, incluye a todos los que no son menores de edad. A mis 65 años de edad, hace mucho que llegué a la mayoridad; imaginese el lector el caso de este señor de 86.
Dejemos la tontería de disimular realidades de la vida que no son ni remotamente ofensivas ni deben maquillarse con circunloquios o rebuscamientos.
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