Se habla y se escribe algo que se aproxima al español, pero no lo es. Usamos palabras que casi quieren decir lo que queremos; términos a veces muy relacionados con el que deseamos emplear, más no el que corresponde.
Hoy leo en la crónica deportiva sobre el pesaje para la pelea de esta noche: << La primera ya se logró al ver como todo el aforo del MGM Garden Arena estuvo lleno de espectadores... >>. Evidentemente, el redactor de la noticia piensa que << aforo >> es un lugar, en este caso, donde se llevó a cabo el pesaje.
Lo cierto es que el vocablo aludido significa el número máximo de personas que se permite en un local para propósitos deportivos o de entretenimiento. Como se sabe, este número generalmente lo fija el cuerpo de bomberos, pues se trata de una cuestión de seguridad pública, en lo que respecta a un incendio u otra situación de peligro natural o provocado. Aunque la voz << aforo >> tiene alguna relación con el tema de la noticia del pesaje, no es la que corresponde en ese contexto. Debió decirse, pues, que la sala o salón estuvo lleno de espectadores.
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