lunes, 15 de diciembre de 2014

Un poco de justicia divina

A casi cinco años de su muerte, se continúa venteando el caso del homicidio del niño Lorenzo González Cacho. El Ministerio Público no logra articular una acusación individual o múltiple, ante la evidente conspiración de silencio de quienes, habiendo estado presentes en el lugar de los hechos, permanecen callados, como estrategia de defensa. Es evidente que la Fiscalía teme que el caso no pase el cedazo de la causa probable -- en sus dos etapas -- o la del juicio en sus méritos, bien sea por tribunal de derecho o por jurado. Hace falta pues, un juez o jueza que no crea lo que nadie creería, y un jurado -- si ese fuera el caso --  que haga lo mismo.

Roguemos por que el 2015 nos traiga ese regalo de justicia y paz mental.

2 comentarios:

Hiram Sánchez Martínez dijo...

Antes hace falta un fiscal que se atreva a llevarle al juez el contenido de su sumario fiscal y que sea el poder judicial quien determine si el Estado ha recopilado prueba suficiente contra alguien. A veces sucede que un fiscal, por temor a perder el caso y que lo critiquen, deja de someterlo porque no puede probarlo con certeza matemática, algo que no es requerido en derecho. O sea, como en el cuento del gato...

Alberto Medina Carrero dijo...

Cierto es; el problema es que algunos de tus excompañeros de estrado tienen una idea muy particular de la causa probable y la duda razonable...