Lo sigo diciendo: las palabras se ponen de moda, y se emplean indiscriminadamente, sin atender a su uso apropiado en determinado contexto. De un tiempo a esta parte, dentro de la discusión sobre el cumplimiento con ciertos requerimientos técnicos para una mayor eficiencia energética, se habla continuamente de establecer «métricas» al respecto. Evidentemente, se cree que, tratándose de la medición de un desempeño y unos resultados, se puede usar el término aludido.
Sin embargo, ocurre que el vocablo en cuestión tiene dos significados muy particulares. Uno tiene que ver con la medida de los versos en la poesía. El otro, con el sistema métrico de longitud o volumen. Resulta claro, pues, que no debe usarse para querer decir cifras, medidas, números, o sumas en ningún otro contexto.
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