miércoles, 3 de diciembre de 2014

Un decir tonto

He aquí otro ejemplo de una redacción tonta. En la crónica policial sobre un robo domiciliario, se lee: «Los perjudicados resultaron ilesos y los individuos abandonaron el lugar con rumbo desconocido».

¡Hombre, pero qué ladrones permanecen en el lugar de su fechoría! Pues, claro que «abandonaron el lugar». Mas, como si eso fuera poco, se nos dice que no se sabe para dónde iban. ¿Y qué esperaban que hicieran: dejar un mapa de su huida?

Es lo que digo: se escribe a base de «frases hechas», sin pensar en que, a veces, resultan innecesarias y sin sentido.

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