No hay salvación. Estamos condenados a los disparates de por vida. Hoy se lee en la prensa: «Cae por fraude un exteniente retirado». Si creyéramos lo que se dice literalmente, estaríamos ante el insólito caso de un hombre que dejó de ser teniente de la Policía y luego se retiró. Por supuesto, no es así: el hombre se jubiló, y por eso es «exteniente». La realidad es que se trata de un teniente retirado.
Como he dicho tantas veces, hay que pensar lógicamente en lo que se escribe, para evitar las explicaciones innecesarias o hasta cómicas
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