Las primeras informaciones acerca de la muerte del niño que llegó muerto al Hospital San Gerardo son inquietantes, pues parecen apuntar a un descuido o una falta de diligencia en buscar ayuda médica para ese infante. Lo son más, si es cierto que había otro niño en la casa con ciertas marcas en su cuerpo, que pudieran ser indicios de maltrato. Creo, pues, que se ha actuado bien al ordenar una investigación, incluyendo, es de suponer, la remoción inmediata de ese otro menor, hasta que se dilucide este asunto.
Casos como éste son muy frecuentes, y ponen en entredicho la capacidad del Estado para atender las situaciones sociales que dan lugar a ellos. En momentos en que se reduce drásticamente el personal de casi todas las agencias gubernamentales, uno se pregunta si habrá capacidad para hacerse cargo de un volumen de trabajo creciente, al cual, incluso, los despidos contribuirán, habida cuenta del disloque económico, mental y social que agravan o crean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario