Hasta las fuerzas del mal hacen cosas buenas. La National Rifle Association se apunta una con su campaña de regalar candados esta Navidad para las armas de fuego. No hay duda de que, si los poseedores de armas tomaran esta precaución, se evitarían muchas tragedias todos los años, todo el año, no sólo en esta época. En otras palabras, si se actuara como un buen padre de familia, habría menos desgracias familiares que lamentar.
Aunque los controles autoimpuestos son siempre lo ideal, el Estado siempre debe estar vigilante para intervenir con quienes quieren vivir al margen de las normas de sana convivencia y seguridad que deben imperar en la sociedad. Dejar armas de fuego cargadas al alcance de niños es un acto de suprema irresponsabilidad que tiene que ser castigado severamente. Igualmente, disparar al aire con un supuesto propósito festivo.
Abramos el candado de nuestra mente.
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