Debe dársele todo el debido procecimiento de ley al bombero Guzmán Lucero, pero hay que botarlo y mantenerlo botado, luego de que se agoten todos los remedios administrativos y judiciales que pudiera tener. El sistema de personal en el servico público debe actuar de manera decisiva y diligente con quienes dan muestras inequívocas de tener problemas para funcionar conforme a las normas de conducta. No hacerlo es dar oportunidad a que continúe con sus desmanes, en escalada, hasta una tragedia que se podría evitar.
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