domingo, 29 de diciembre de 2013

Una alegación bochornosa

Lo he dicho antes, pero el momento exige repetirlo. Plantear la seguridad económica como presupuesto de la independencia judicial es algo que no le hace bien a la judicatura y ofende la sensibilidad cívica de todo el país. Si para resolver conforme a derecho, la justicia y la conciencia -- que es la esencia de la auténtica independencia judicial -- los jueces necesitan un cheque jugoso y seguro, ahora y en el retiro, pues ello habla muy mal de su categoría personal y profesional. Se es ético, aunque nos cueste. Especialmente, si nos cuesta. Lo otro es un «mamey», como decía mi padre. Imagínese el lector, si otros grupos profesionales exigieran algo similar. Esto es puro clasismo de la peor clase, que debemos condenar y rechazar. El juez que esté tan pendiente de su cheque no merece serlo; no tiene la entereza ni la fibra moral para desempeñar un ministerio tan delicado.

La independencia judicial de verdad se demuestra resolviendo a despecho de consideraciones de bienestar personal. Estando dispuesto a quitarse la toga, agarrar el maletín y trapichear en la calle, como meros mortales.

No hay comentarios: