domingo, 1 de diciembre de 2013

Para ser humano

No debe sorprendernos que el país desconozca mayoritariamente los derechos humanos, según surge del estudio que reseña la prensa. El nuestro es un país ignorante en muchos sentidos. El conocimiento y aprecio de los derechos humanos supone un alto grado de conciencia cívica, del cual carecemos. Tampoco conocemos y entendemos los derechos civiles, ni muchos de los sustantivos y procesales de nuestro ordenamiento jurídico. Los puertorriqueños -- aun los que cuentan con preparación académica de cierto nivel -- son «analfabetos funcionales» del estado de Derecho, por ignorancia, desidia y hasta por rechazo de unos conceptos que les resultan contrarios a sus deseos de obrar como les plazca.

Si bien nos proclamamos demócratas y creyentes en la libertad y la ley y el orden, no estamos dispuestos a reconocer las consecuencias lógicas y naturales de la adhesión a estos principios de la vida institucional de una sociedad civilizada. A la menor provocación, surgen los resabios de la intolerancia a «los otros» y a las diferencias de todas clases. Entonces, estamos dispuestos a negarles las protecciones de ley consagradas en documentos que expresan las más altas aspiraciones de justicia para todos los seres humanos.

Eduquémonos en los valores superiores del espíritu.

No hay comentarios: