Se usan las palabras «sin ton ni son». Ahí va lo primero que se nos ocurre, independientemente de lo que signifique. Ejemplo: «Santiago Toro, presidente y fundador de Viatek, ha recorrido el mundo en busca de soluciones innovadoras para problemas típicos».
Pregunto: ¿Y qué carajo son problemas «típicos»? La oración está claramente incompleta, pues lo típico tiene que referirse a algo concreto; por ejemplo, en el caso del resto del texto periodístico, «típicos de la construcción».
Al redactar, hay que asegurarse de que no se nos queda algo en el «tintero» mental.
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