El proceso militar contra el soldado de Estados Unidos que le facilitó documentos secretos a Wikileaks ha sido uno muy atropellante de los derechos del acusado. Evidentemente, el Gobierno de Estados Unidos lo quiere condenar a cómo dé lugar, y para ello aprovecha todas las ventajas que le brinda lo procesal penal en lo militar. Ya el soldado ha hecho alegación de culpabilidad en algunos cargos, pero continúa defendiéndose de los más graves, principalmente del de «auxiliar al enemigo». La juez que atiende el caso -- que, de vez en cuando, le falla a favor al acusado -- ha dictaminado muy correctamente que el Estado tiene que probar más allá de duda razonable que el acusado sabía que dar a la publicidad esos documentos ayudaría al enemigo. El Estado pretende probar este punto a través de un testigo anónimo, algo que es una aberración en cualquier sistema de Derecho.
¿Y estas Fuerzas Armadas son las que defienden la democracia y la libertad en todo el mundo?
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