Les deseo suerte a los vecinos de Miramar que han anunciado que impugnarán la decisión gubernamental de construir el puente elevado para vehículos pesados, que, por lo que se dice, en algunos casos va a pasar bien cerca de unos edificios. Como no estén dispuestos a dinamitarlo, nada van a lograr. El proyecto tiene todos los permisos, y aunque le faltara alguno, se lo conceden fast track. Que no celebraron vistas públicas o consultas a la comunidad; pues, las celebran, los escuchan y siguen levantando el puente, mientras tanto. Y si consiguen a un juez que se atreva a paralizar el proyecto, a ése o lo revoca el Tribunal de Apelaciones o el Supremo - con el socorrido fundamento de «gran deferencia y respeto» a las decisiones administrativas del Poder Ejecutivo - con una opinión fast track.
En fin, háganse a la idea del puente...
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