A mí esto de incentivos económicos con fondos federales relacionados con las adopciones me parece, cuando menos, de mal gusto y, en última instancia, una forma mala de hacer política pública. Esto es algo típicamente americano, pues ellos pretenden resolverlo todo a billetazos, y piensan que nada se puede lograr, a menos que no se le dé dinero a la gente para que lo haga.
Me parece que debemos tener cuidado, para evitar que este otro «estímulo de Obama» vaya a producir un desboque en unos procesos de ubicación de menores de edad en hogares adoptivos. El hecho de que haya fondos federales disponibles para que se haga algo no quiere decir que lo debamos hacer o que lo hagamos de cierta manera o con cierta premura, sólo para ser elegibles para recibirlos. Ésa no es forma de gobernar, establecer el estado de derecho sobre un asunto o implantar una práctica administrativa al respecto.
Reformemos lo que consideremos debe ser modificado en lo que atañe a la adopción en nuestro país, pero no por incentivos económicos del «Tío Sam» o de factura criolla.
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