Espero que prevalezca la sensatez en la evaluación del caso de la niñita dejada sola en el centro Head Start. Aunque se trata de un descuido mayúsculo, no me parece que llegue a la categoría de maltrato institucional y que deba procesarse a alguien por ello. Ya los padres han dicho que no interesan proceder contra los encargados.
Hay que tener cuidado con el afán legítimo de proteger a nuestra niñez, para que no genere una histeria que vea maltratos en lugar de errores humanos. Tanto la Policía como el Ministerio Público, en su función tutelar de la seguridad ciudadana, deben emplear su mejor criterio para separar la paja del grano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario