Hace unos días, 200 empleados negros del U.S. Marshals Service demandaron a su patrono en el tribunal federal de Washington, D.C. por violación a sus derechos civiles, alegando discrimen en el empleo, basado en el color de su piel. Según la demanda, los supervisores y compañeros de trabajo tildaban a los demandantes de "vagos" y le negaban ascensos.
Ese debe ser un pleito frívolo, pues el Gobierno de Estados Unidos ni tortura ni discrimina, mucho menos contra su propia gente. El racismo quedó eliminado de un plumazo presidencial en 1964, con la Civil Rights Act. Ya lo dijo John McCain en el debate de los otros días: "The United States is the greatest force for good in the history of the world." Así que esos deben ser unos negros vagos y malagradecidos, que quieren sacar provecho indebido de Uncle Sam.
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