Adolfo de Castro, en su defensa de Jorgito - hay defensas que, como algunos amores, matan - dice y repite que lo que pasa es que el nene nunca se ha dejado tongonear de otros. El viejo De Castro se ha confundido porque lo que él seguramente ha querido decir es que su hijo, uno de esos honorable men del Senado, no se ha dejado mangonear. El "tongoneo" es una deformación de "contoneo", que es un forma afectada de caminar asociada con las mujeres...y otras "yerbas." En nuestro medio, sin embargo, aunque en desuso, lo usamos para referirnos a cierta actitud permisiva de una conducta más o menos objetable. Por su parte, "mangonear" es imponer la voluntad sobre los demás.
Por supuesto, si lo que se alega es cierto, entonces al muchacho no lo podemos tongonear porque la extorsión y el soborno son mucho peor que todos los mangoneos del mundo.
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