En California, el Attorney General le ha metido las cabras al corral a Citigroup, luego de descubrir una práctica de muchos años, mediante la cual el banco tomaba para sí los balances positivos a favor de clientes de tarjetas de crédito que habían muerto, estaban en quiebra o eran objeto de algún litigio. Aprovechando esas situaciones de vulnerablidad de 53,000 clientes, pusieron a funcionar un programa de computadora que le reportó una ganancia de $14 millones. Cuando un empleado se dio cuenta y lo trajo a la atención de la gerencia, lo despidieron. Un ejecutivo bancario catalogó la práctica como una "business decision" y justificó su continuación para no afectar los recursos del banco para pagar bonificaciones a su personal gerencial.
Finalmente, el banco ha accedido a devolver el dinero y pagar una multa, pero sostiene que el Attorney General se equivoca al llamarlos "pillos."
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