La práctica de dejar sin efecto una ley, dar moratorias, dar avisos o "multas de cortesía" y cosas parecidas debilita el imperio de la ley. Lo del IVU ha sido, a todas luces, un desacierto, no porque su finalidad no sea buena, sino por la forma improvisada en que se ha hecho y por su alcance irrestricto. Todos hubiéramos entendido, si se limitara a artículos de primera necesidad y para reconstrucción y reparaciones, evitando con ello que se aproveche para muchos otros renglones.
Por otro lado, esto demuestra que el IVU fue y sigue siendo una mala idea, rechazada por el pueblo y el Gobierno, a la menor provocación.
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