La ONU acaba de unir su voz a la de Amnistía Internacional y Human Rights Watch, al conminar a Estados Unidos a investigar la brutalidad policiaca que ocurre con pasmosa frecuencia en el país. Naciones Unidas reconoce oficialmente lo que es vox populi en el ámbito mundial: la policía norteamericana la emprende a golpes o a tiros, principalmente, con los negros y otras minorías étnicas o raciales, sin razón o exageradamente, muchas veces impunemente, como lo ocurrido en Ferguson, Missouri. El Comité Contra la Tortura de la ONU también ha condenado el uso indiscriminado de los aparatos conocidos como tasers, con los que la policía le aplica descargas eléctricas a personas con las que interviene, incluso embarazadas y niños.
En fin, Estados Unidos ha quedado retratado como una sociedad extremadamente represiva, con una policía que actúa como perros de presa que se ceban con los más desvalidos y los que tradicionalmente han sido objeto del discrimen y el odio de la mayoría blanca y anglosajona.
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