En el afán de acentuar la importancia de alguna cosa, se acentúa mal. En un anuncio de la Fundación contra el Cáncer Pediátrico se lee: «Házte capitán de nuestros niños».
Pues, muy mal porque a los niños, no importa lo enfermos que estén -- y a los adultos -- se les debe enseñar que las palabras llanas terminadas en vocal no se acentúan. Es una regla elemental muy vieja que sigue vigente.
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