He aquí otra palabra de uso muy particular en la historia de nuestro país: vitrina. En la propaganda ideológica orquestada por Estados Unidos, y aquí sumisamente aceptada, Puerto Rico era la «vitrina de la democracia» para una América Latina empobrecida y subyugada por dictaduras. (Claro que no se decía que los americanos eran principales saqueadores de esos países, ni que eran amigos de esos déspotas.) Según los evangelistas del State Department y la CIA, nuestra isla era la sucursal de USA en español, modelo de democracia y progreso para las repúblicas bananeras con aspiraciones de hacerse gente.
Pero, vitrina al fin, había mucho de artificio y fantasía, que el tiempo se encargó de revelar. El sol de la verdad penetró con fuerza, destiñendo las baratijas del tinglado colonial. Ya nadie se atreve a revivir esa vieja y manida imagen. La vitrina está vacía y rota. La tienda quebró.
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